Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
El blog de antonio tapia

EL CAMINO DE EMAUS

LA PUERTA ABIERTA

Sigo insistiendo, que las puertas del Cielo no están cerradas a nadie. Siempre están abiertas; no tienen llave. Incluso, no hace falta que las empujemos, pues están entornadas. Lo mismo que el corazón de Dios. Pensamos en Dios, como un Señor de barba blanca, serio, enfadado continuamente con el pecador, dispuesto a darle un  garrotazo o a enviarle una u otra enfermedad en castigo. Nada más lejos de la realidad nada más lejos de la realidad de cómo es Dios. Imagínatelo alegre con nuestras alegrías, riendo cuando hacemos algo gracioso, celebrando nuestras conquistas ordenadas, nuestros ascensos laborales; apoyándonos cuando fracasamos en nuestros objetivos… Dios no está triste nunca, cuando ve que nuestro corazón esta rebelde, se lanza a buscarnos y no deja de hacerlo hasta que nos encuentra.

                                                 

Fíjate en lo que nos dice el mismo Jesús:

  “¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños”. San Mateo nos describe con toda claridad las palabras del Señor. No ofrecen lugar a duda. Dios sale a nuestro encuentro y no para hasta encontrarnos.

Dios Padre, no cierra nunca la puerta al pecador, sale a buscarnos con ahínco y tesón, con paciencia y amor. Por eso no pienses que, por graves que sean tus delitos, Dios te abandona y te da por perdido. Así actuamos los hombres, desde nuestro corazón humano. Cerramos las puertas de la amistad y del perdón muchas veces; otras perdonamos pero no olvidamos y guardamos en un apartado del corazón el mal que nos han hecho… pero Padre Dios sale al instante en nuestra búsqueda porque no  quiere “que se pierda ni uno solo” del rebaño.

Acerquémonos a las Puertas del corazón de Dios; están entornadas esperándonos, que antes que te des cuenta, estarás recibiendo el más cariñoso de los abrazos paternales. Pues a pesar de los graves delitos, a pesar de haber fracturado, en tu corazón, del primero al último de los Mandamientos, Dios te ama porque eres su hijo. Y Dios no sabría vivir sin amar a TODOS sus hijos, a cada uno de ellos, a buenos y a malos; siendo los malos sus hijos más necesitados.

¿Cuántas puertas tengo cerradas? ¿Estoy dispuesto a abrirlas? Siendo la primera puerta en abrir la que he cerrado a Dios; después de ella iremos abriendo todas las demás, con prontitud y agilidad. El mismo Jesús no las cerro a sus ejecutores materiales, “¡Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”.  Y es que cuando pecamos, no alcanzamos a ver la trascendencia del pecado. Si supiéramos lo que nos AMA Dios, la Gloria que nos tiene reservada, el CARIÑO Paternal con el que nos va a recibir, actuaríamos de otra manera.

Nuestros pecados, rencores, enemistades… afectan a la Iglesia también de alguna manera. Si tiramos una piedrecita a un tanque, vemos que se forma un pequeño círculo, que se va haciendo más grande hasta que llega al final. De esa forma, similar, afecta a la Iglesia nuestros pecados. Afectan a los que están a nuestro alrededor, familiares, amigos… afectan también a los que tambaleándose en la fe, ven nuestras anómalas actuaciones y por fin, a los no creyentes,” mira como es e cristiano”. Nuestra responsabilidad hacia los demás es de suma importancia. Tenemos en nuestras manos la disposición de atraer a los demás o de alejarlos para siempre. La ola de nuestro ejemplo se hace grande, llega a todos, aunque no hayamos pensado en ello. “Yo no sabía eso”.

Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post