Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
El blog de antonio tapia

EL CAMINO DE EMAUS

HAY QUE OBEDECER A DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES

“¿No os habíamos  prohibido enseñar en nombre de ése? En cambio habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsable de la sangre de ese hombre. Pedro responde: hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.

El Sumo Sacerdote habla con desprecio de Jesús a los Apóstoles, que habían sido detenidos y apresados. Ya los apóstoles estaban cumpliendo su misión, para la que les había preparado Jesús durante los tres años de su vida pública. Andaban los tiempos revueltos, aún estaba en la mente de toda la ejecución de Jesús en la Cruz. Tenían miedo que las gentes se revolvieran contra ellos dada la injusticia que habían cometido con El. Pero la soberbia en la que seguían les impedía reconocer su delito púbicamente o el miedo por el descrédito a perder tan suculento puesto.

Tras azotarlos les mandaron salir y prohibieron hablar de Jesús, pero aun así los apóstoles salen contentos, leemos en  la epístola, no porque los dejaran libres; sino porque los detuvieron y juzgaron y les azotaron  ¡por hablar del Señor! ¡Por transmitir la Buena Nueva! Ya no son los seguidores de Jesús que le acompañaron en su vida pública, ni tampoco aquellos  que desde su crucifixión se encerraron temerosos. Ahora son otros muy diferentes; ahora son capaces de dar todo por Dios y así comienzan a demostrarlo y lo demostrarán hasta el fin de sus días con creces.

Es muy bonito este pasaje. La fidelidad a Cristo, que no es una fidelidad cualquiera, no es la fidelidad a un ideal político, a un movimiento romántico. Es la fidelidad a la Fe en la que hemos sido bautizados por nuestros padres y transmitida por Dios. Fe que a su vez hemos recibido como preciado tesoro, no para que lo guardemos en un cofre, sino para que lo distribuyamos generosamente con todos aquellos que por alguna razón no han conocido la Buena Noticia...

Estos son tiempos bonitos, me refiero con bonitos, a TIEMPOS en los que hay que trabajar con más  ahínco, sin miedo, como los apóstoles, para recuperar: a los que se han  perdido, a los que trabajan en las mismas líneas de los que siempre se han opuesto a Dios, para llevar el mensaje a quienes aun no le conocen que aun son muchos y a los que han abandonado por cualquier motivo la nave. Y es el mensaje que ha venido a transmitir el Señor para todos: el establecimiento del Reino de Dios en el corazón de los hombres. No es cuestión de arriar crucifijos porque ellos lo digan. Es cuestión de mantenerlos y bien altos. Como lo han hecho a lo largo de la Historia de la Iglesia tantos y tantos cristianos.

Pero una cosa está clara, por encima de todo está la Ley de Dios. Esto no quiere decir que el cristiano no obedezca la ley establecida. Deberá hacerlo siempre y cuando la ley no le suponga una contradicción con la Ley de Dios, expresada en los mandamientos. ¿Recordamos: al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios?

Aquí no caben medias tintas. No cabe la famosa expresión “soy objetor de conciencia”. No lo soy, pero no puedo aceptar una ley que vaya o excluya cualquier punto, por así decirlo, de mi Fe. Si ir más lejos, vote no a la constitución, entre otros motivos porque excluía a Dios; España pasaba a ser laica; porque no aclaraba con rotundidad el derecho a la vida (lo ha demostrado la ley del aborto, no defendía a la familia como base de la sociedad,  ni el derecho de los padres a la educación que estos querían para sus hijos. Todo se ha ido cumpliendo, tal y como lo decíamos.

Como el mensaje de los Apóstoles que dejaron ante el Sumo sacerdote y que nos dejan a nosotros, que nos asomamos a la ventana del Evangelio: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” Por eso es preciso hablar con la verdad, la que se transmite desde el evangelio y tener muy clara esa promesa: “Bienaventurados cuando os injurien, os persigan…porque vuestra recompensa será grande en los cielos”.

Quienes han trabajado en el terreno de la Catequesis, podrán afirmar los gratos recuerdos que de ello se tiene. Pero lo más maravilloso es el resultado, que no es nuestro, sino del Señor, que él es, a fin de cuentas, el que realmente trabaja en las almas. Nosotros abrimos la zanja, el surco que previamente, en muchos casos, ya lo habían preparado los padres. El resto Dios

Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post