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El blog de antonio tapia

EL CAMINO DE EMAUS

CUARTO MISTERIO DE GOZO

LA PRESENTACION DEL NIÑO JESUS EN EL TEMPLO Y PURIFICACION DE LA VIRGEN MARIA.

 

 

 

            22  Así mismo, cuando llego el día en que, de acuerdo con la Ley de Moisés, debían cumplir el rito de la purificación, llevaron al Niño a Jerusalén para presentarlo al Señor. (Lc. 2, 22).

 

            “Cuando una mujer conciba y tenga un hijo varón, quedara impura durante siete días… El niño será circuncidado en su carne al octavo día, pero ella esperará treinta y tres días para ser purificada de su sangre. No tocara ninguna cosa santa, ni entrara en el santuario, hasta que se cumplan los días de su purificación” (Lev12, 1).

 

            Tanto María como José eran fieles cumplidores de la Ley. Van a Jerusalén a cumplir con el Mandato dado por Dios a Moisés, como todos los Judíos. Esto no quiere decir, que María estuviera afectada por la impureza; ya que fue preservada por Dios, desde la eternidad, del pecado original. Pero van a cumplir la Ley. El Niño, Jesús, cumple con la Ley. De hecho, a lo largo de los Evangelios cumple con la Ley. Quiere darnos ejemplo de cómo hemos de actuar nosotros. Recordemos el pago del tributo: “Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”.

 

            Nosotros, los cristianos, no somos un reducto a parte de la sociedad en la  que vivimos. Debemos colaborar en todo: Hacienda, cumplir las Leyes, en la Política, colaborar en el desarrollo de nuestra ciudad, desarrollar nuestra labor en el centro de trabajo, convivir con nuestros vecinos, con nuestras amistades… pero siempre, lo que hagamos debe estar en comunión con la Ley de Dios. Por tanto, está por encima la Ley de Dios sobre la  ley humana; es decir, que si la ley que se impone rompe algún precepto de la Ley de Dios, no podremos aceptarla. Pero entre tanto, estamos obligados, moralmente, a colaborar; no estamos por encima de la Ley, pero la ley humana tampoco está por encima de la Ley de Dios. Los gobiernos deben legislar a la Luz de los Mandamientos, en cuanto que los rompan se ponen al margen.

 

            El cristiano debe dar ejemplo en su colaboración con la sociedad. Si es motivo de mal ejemplo, sus actos afectaran a la Iglesia y además será responsable del ejemplo que otros puedan tomar de él, sea creyentes o no. ¿Por qué afecta al no creyente? Porque la Ley de Dios, está igualmente dispuesta para él, y además, el no creyente está obligado a buscar la verdad, que está en Dios. Por tanto, el no creyente será responsable de los actos malos que haga.

 

            Pero este cumplimiento, no debe quedar sometido a la letra. Jesús viene a corregir este error en el que Vivian  muchos, que nos representan a nosotros. Voy a Misa porque lo dice el Tercer Mandamiento. Mejor es, voy a Misa porque amo a Dios y por ese amor cumplo sus mandatos, por ejemplo. No defraudo, porque amo a Dios y no le amaría si rompo ese Mandamiento. Los Mandamientos son ese puente de unión entre el hombre y Dios; si rompemos uno solo, estaremos rompiendo con el Primero. No puedo amar a Dios si robo.

 

            Los padres, al Igual que María y José, deben enseñar a sus hijos en el cumplimiento de la Ley de Dios desde  la familia; luego desde la Parroquia, en el nombre de los padres, lo mismo el colegio, que actuará en el nombre de los padres y lo mismo el Estado, que no podrá suplantar la voluntad de los padres bajo ningún concepto, ni por Ley.

 

            En algunos hogares, por relajación espiritual ya no se habla de Dios. Por suerte, si los llevan a la Parroquia para ser preparados para la Primera Comunión. Aquí está la labor del Párroco y de los catequistas, quienes enseñan por primera vez que todos tenemos un Padre que es Dios. Por este motivo se han creado las catequesis de padres que tan buenos resultados han dado. Antes, de pequeños, nuestros padres nos enseñaban a rezar desde el hogar, incluso rezaban con nosotros. Y es que la familia que reza unida permanece unida. Y esto se cumple en la familia a la que pertenezco; como en tantos otros hogares cristianos, aun hoy.  No se debe perder esta costumbre cristiana, sobre todo teniendo en cuenta que los padres son los primeros catequistas de los hijos.

 

            Aquel día del nacimiento de Jesús, junto a María y a José queda establecida la institución de la familia. Y Ellos son la piedra angular donde debe establecerse la familia de hoy y de todos los tiempos. En Ellos debemos fijarnos y ser sus continuadores hasta el fin de os tiempos. La familia es una institución creada por el mismo Dios y por tanto querida, amada y bendecida por Dios. No existe otro tipo de familia, como hoy se pretende con parejas del mismo sexo, además de constituir un desorden natural.

 

            Y en aquel día recibirá el nombre, que fue dado por el Ángel a José. Se llamara Jesús, El Salvador. El Ángel ya se lo dio a María el día de la Anunciación: “Concebirás un hijo al que pondrás por nombre Jesús”.  Desde entonces, en los Bautizos los padres eligen el nombre que se impondrá a su hijo. Recordemos que será el mismo Jesús el que instituye este sacramento, que imprime carácter al cristiano, convirtiéndolo en hijo de Dios y miembro, para todos los efectos, de la Iglesia. En el Bautismo recordamos aquel día entrañable para la Sagrada Familia.

 

            En este Misterio de Gozo recordamos y tomamos ejemplo de aquel día. Seguir las huellas que nos deja es motivo de unión entre esposos e hijos de manera segura. Desde la niñez la enseñanza de los valores debe ser un hecho. Hoy, en el seno de muchas familias se ha producido una grave fractura. Echar la culpa al cambio de mentalidad de una generación a otra es una forma de eludir responsabilidades y echar una cortina de humo. La falta de unión se debe a que, en el seno familiar, no se ha cimentado esa base a partir de la oración, los valores de familia y a la idea de Dios. Otra cosa es que dentro de una familia cristiana, algún hijo tome otro derrotero, ajeno a las enseñanzas de los padres. Pero aquí aparece el papel de la Oración, que es poderosa y efectiva.

 

            Pidamos en este Misterio por la unión de las familias, como bien querido y bendecido por Dios, para que a ejemplo de la familia cristiana, otras familias se acerquen a Dios. Teniendo en cuenta que la sociedad será más fuerte y más sana, en cuanto más unida permanezca la familia y como consecuencia lograremos una Patria más unida. Debemos trabajar por recuperar el sentido auténtico de la familia que en algunos hogares se está perdiendo, amén de las leyes que en contra puedan legislarse. No hay sociedad si deja de existir la familia. Nada puede sustituirla y mucho menos las cohabitaciones que van contra el derecho natural.

 

            Que la Sagrada Familia de Belén, acompañen y bendigan a las familias del mundo y que a ejemplo de ella, se sigan educando a los hijos en los valores e ideales de Dios y de la familia.

 

 

 

 

 

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