¿SE PUEDE INJURIAR AL REY?

14 Octubre 2018

14 de Octubre de 2018

Ayer nos visitaba Leslie. No he oí los telediarios, así que no sé como queda la visita no deseada; pues después de lo ocurrido en Mallorca, no queremos oír de lluvias, ni de tormentas, ni rayos. cada vez que miramos hacia arriba y vemos nubarrones a alguno se le pone la piel de gallina, sobre todo en los pueblos donde el curso de los ríos se ha “violado” con el fin de aprovechar para construir algo. Pero los ríos se vengan y castigan duramente. No distinguen entre inocentes y culpables. No quiero decir que lo de Mallorca sea por esta causa, pero en gran parte de estos sucesos, la causa ha sido esa.

Pero dejando a Leslie de un lado y deseando aparezca el pequeñín y ojala con vida, aun dado el tiempo y los meses de éste, los presagios no son alentadores.

Entre tanta desgracia, una noticia no ha podido pasar desapercibida. El comunicado de la Casa Real sobre la metedura de pata del okupa de la Moncloa en la recepción Real, en la que se puso, durante menos de medio minuto, en el lugar donde no le correspondía y en la que muy educada señora, muy señora, Presidenta del Parlamento no le corrigió para evitar algún momento de tensión. Todo esto, hasta que apareció un funcionario de la Casa Real y le dijo sin que se notara mucho (pero que se noto demasiado) que su lugar no era ese y Sanchez un poco pálido siguió al funcionario.

La Casa Real, o sea el Rey sabe corregir errores de ellos y de otros. Y saco un comunicado en la que indicaba que todo fue un error cometido por Protocolo, con lo cual eximia de todo “pecado” a Sánchez y a los que habíamos mal pensado nos removía las conciencias. El comunicado fue una mentirijilla piadosa, pues a la Casa Real le apenaba ver que Sánchez estaba recibiendo leña por todas partes y que políticamente estaba más muerto que Lenin.

Buen gesto, sobre todo con aquellos que van a permitir que las injurias contra el rey sean tolerables. ¿Sánchez sacara alguna nota de protesta cada vez que se injurie al REY DE ALGUNA FORMA?. ¡A que no!.