EL MAS ALLÁ

Cuando se habla del más allá, parece que se habla de un lugar lejano, en lo más allá del universo, que podemos imaginar. ¿Pero que es el más allá?.¿Existe el mas allá?. Para algunos, un lugar donde van las personas después de la muerte. Para otros, donde van los que mueren pero que no saben dónde, pero no lo saben a ciencia cierta y para otros una simple expresión de nuestro vocabulario.

Otros, denominan al más allá: la ultra tumba ( mas allá de la tumba), donde va el alma al separase del cuerpo en el momento del fallecimiento. Para los cristianos, el más allá no existe, porque sabemos de la existencia del Cielo, el Purgatorio y el Infierno, donde el alma va según sus merecimientos durante su vida. Premio o Castigo (Infierno o Cielo) y Purgatorio, donde el alma va, para terminar de limpiar o restañar las heridas causadas por el pecado y que no terminó de curarlas en vida, ya que siendo, el Cielo, un lugar santo, por ser morada de Dios, no se puede entrar contaminado por el pecado.

El Purgatorio, solo existe entre los coptos y los cristianos. Es además un estado transitorio del alma, no definitivo como puede ser el Cielo o el infierno. Por esto, el Purgatorio es el ultimo estado de purificación y de aquí, purificada el alma, entra en el Cielo; mientras la que cae en el infierno, se queda para toda la eternidad.

Los hindúes no hablan del más allá, porque tras la muerte se reencarna, dependiendo del comportamiento que ha tenido en vida. Para los griegos la persona que muere y su comportamiento es merecedor de castigo, es trasladado al infierno en la barca de Caronte. Para los germanos, los merecedores de premio tras la muerte son recibidos por las Walkirias. Para los islámicos, el premio es que tras la muerte son recibidos por las urúes.

 El cristianismo, el judaísmo, el islamismo creen en la existencia de una recompensa o castigo para quienes hayan cumplido o no con los principios de su fe. El cristianismo llama Cielo que es gozar de Dios por toda la eternidad, premio que recibirá aquel que cumple con la voluntad de Dios, expresada en los Mandamientos entregada a Moisés, en las Tablas de La Ley. Los Mandamientos o Ley Divina la entrega Dios al hombre para que se rija por ella durante su vida, no es exclusiva de los bautizados, así por ejemplo el que mata, sea de la creencia que sea, atenta contra la Voluntad de Dios, ya que nadie puede disponer de la vida de otra persona, ejemplo el aborto. La única eximente, por así decirlo, es la defensa propia o la defensa del prójimo. Además del Cielo, el cristianismo cree en la existencia de otro estado del Alma, que es donde el alma se purifica de los pecados cometidos en vida y que no fueron suficientemente expiados: oración, sacrificios… pues siendo el Cielo un lugar santo, por ser la Morada de Dios solo puede tener acceso con el alma pura, sin contaminación alguna de pecado. Así mismo se cree en la existencia del Infierno, que es el castigo de las almas que mueren en pecado mortal o que han rechazado a Dios. San Juan Pablo II, quito la figura del limbo, por considerar que nadie, por el hecho de haber muerto sin estar bautizado o pertenecer a otras creencias y han cumplido con la Ley natural estaban privados de Gozar de estar ante la presencia de Dios

 Desde la expulsión de Adán y Eva del Paraíso, todas las personas que habían vivido con el corazón puesto en Dios, tras sus fallecimientos hubieron de esperar a la Resurrección de Cristo para entrar en el Cielo.

Cuando muere alguna persona, nos hemos acostumbrados a decir: “allá donde esté”, que es a todas luces un término agnóstico o ateo, quedaría más identificativo:”te acompaño en la esperanza”, esa esperanza que rezamos en el Credo, que resucitaremos, pues Cristo venció a la muerte, para que  nosotros la venciéramos también para entrar en la Gloria de Dios para la eternidad. Y el Cielo no está en ese lejanísimo “mas allá”, pues Dios está próximo a nosotros.