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El blog de antonio tapia

EL CAMINO DE EMAUS

¿PORQUE ESTAIS TRISTES?

 

El evangelista San Juan del día de hoy nos habla de la tristeza. Muchos son los motivos para estar tristes. Al dirigirse a los Apóstoles, les anuncia la tristeza en la que se verán envueltos. Ellos, seguramente, no entienden los motivos. Tras la muerte del Señor padeciendo cruelísima tortura, que se nos presentó en la película de “La Pasión”, un acercamiento a la realidad, recordemos que en el estudio de la Sábana Santa más de trescientos golpes incluidos los de la flagelación, los Apóstoles se reunieron en oración y también temiendo les ocurriera lo mismo estaban tristes. Los caminantes de Emaús, estaban también tristes y desorientados. Ahora comprenden aquellas palabras de Jesús: “Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar” y a posteriori tendrán otros motivos, aunque Señor les promete: “pero su tristeza se convertirá en Gozo”. Ese gozo se refiere al premio de los bienaventurados, la alegría de dar su vida por Jesús, de saber que hasta el final fueron fieles.

Estas palabras son válidas para todos los tiempos. Hoy nos alcanza a nosotros. Los Apóstoles  en aquellos momentos representan a la humanidad, igual que el ciego, la hemorroisa, el paralitico, que María Magdalena… el Señor nos habla a nosotros y a los que vengan después de nosotros y así hasta la venida de Jesús triunfante. Hoy igual que ayer, Jesús pasa haciendo el bien, como lo hiciera durante su predicación: devuelve la Fe, cura a los enfermos, devuelve la vista… además de animarnos a ser transmisores de la Buena Nueva, porque son muchos los que no le conocen, pues al igual que ayer hay muchos que están “como ovejas sin pastor”.

¿Nosotros no estamos tristes? Nosotros también estamos muy necesitados. Porque si, tenemos a Jesús, pero el mundo está falto de pastores que aglutinen el rebaño; tenemos a María su madre y madre nuestra, pero el mundo anada necesitado de pastores que nos guíen a Ella.

En el Colegio San José de Valladolid, teníamos un guía espiritual que nos escuchaba y asesoraba. Pero ya fuera del Colegio, cuantos continuaron haciendo uso de esta herramienta tan necesaria. Pues el Director Espiritual es como un medico  pero para el alma que en los momentos de agobio, de tristeza, de duda nos ayudan a salir a flote; como el psicólogo ante el que vaciamos nuestros miedos, nuestros traumas surgidos de nuestro adentramiento en el mundo. Entre los consejos nos referirá la frecuencia en la práctica necesaria de la Eucaristía y la Penitencia, importantísimos para la vida del alma. ¡Y cómo no! La oración diaria que nos dará finura espiritual. La oración no es solo rezar el Padre Nuestro, el Credo…, podemos convertir cada paso en oración, mientras nos divertimos, mientras vemos un escaparate, ofreciendo a Dios cada momento lo estamos ya convirtiendo en oración. “Señor mi trabajo de hoy”,  “Señor cuanto me agrada este traje”, “Señor, que te parece este amiga”, “Señor que te parece este grupo de amigos, te los presento”.

Muchos serán los motivos de tristeza, pues la vida no es un camino de rosas, incluso para aquel al que no le falta nada. Jesús padeció y se entristeció también, siendo Dios y Hombre verdadero, ¿cómo voy a pensar yo ser más que Él? Y es cuando en estos precisos momentos en los que recogemos aquellas palabras de Pedro, cuando repentinamente surgió un viento impetuoso que embraveció las aguas “¡Señor nos hundimos!”. Y el Señor quita el miedo de aquellos discípulos. En el Evangelio de hoy nos anima:” les aseguro que todo lo que pidan al Padre, Él se los concederá en Mi nombre”, lo que debe suponer como motivo de alegría y esperanza.

El Señor nunca nos dejará solos, aunque nos lo parezca a nosotros, aunque creamos que no nos escucha. No estamos solos, pero muchas veces nos falta fe al dirigirnos a Padre Dios, nos falta esa familiaridad conseguida a través de la oración, del trato diario y esto es porque en nuestra escala de valores ponemos la oración en posición inadecuada. ¡Animo amigo, amiga! Que el Señor nunca nos abandona. Somos los caminantes de Emaús y en medio va el Señor

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