Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
El blog de antonio tapia

EL CAMINO DE EMAUS

LA VIRGEN DE GUADALUPE (1)

Hace años, traduje una Historia real, de unos hechos ocurridos en el Méjico de los años 1500. Realmente me conmovió. Seguro que la mayoría ya saben lo ocurrido en el Tepeyac a un indiecito llamado Juan Diego. Según iba traduciendo aquellos momentos, me parecía transportarme al lugar: paz. Silencio… recuerdo que brotaron lágrimas de emoción. Fueron casi cien páginas. Quedaron en manos de una familia mejicana amiga. Así que he vuelto a ponerme diccionario en mano, y recordar este idioma tan agradable que es el francés. Porque merece ser conocido por todos, la aparición de María en el Tepeyac.

 

La Virgen de Guadalupe, es el mejor ejemplo de que nuestra Madre sale a nuestro camino; el mejor ejemplo que nunca nos abandona.

 

Se sigue estudiando la preciosa imagen plasmada en la tilma de Juan Diego. Hallazgos impresionantes se han obtenido. Como pude leer en un periódico de tirada nacional, si la imagen que contemplamos es verdadera, entonces nos encontramos con el verdadero rostro de la Virgen. Aquí les dejo esta DULCE Y ENTRAÑABLE historia irreal. Pues bien todo empieza así. (Traducido de la revista Contrarreforma del Siglo XX)

 

 

(...) Este es le viaje del Papa a Méjico, en 1977 por primera vez ves la imagen borrosa por la distancia, era mediocre y todo comentario la mancillaría si contáramos la historia. Su belleza, su enigma constituía una llamada. Así nace el proyecto de un peregrinaje hasta el pie de esta Imagen atrayente, misteriosa, pero también de una investigación cuidadosa, histórica y que abraza muchas técnicas, informe cuyo método nos parece muy temprano ya que debería ser rigurosamente a aquel otro informe que hemos realizado con el Santo Sudario de Turín, para desembocar en una declaración de autenticidad absoluta.

 

En efecto, no se puede aprender su historia sin desear verla, conocerla, venerarla.

 

En 1531, diez años después de  la conquista de Méjico por Cortés, un indio cristiano de nombre Juan Diego, ve por tres veces a la Virgen María aparecérsele a él para pedir al obispo electo de Méjico, Juan de Zumárraga, le construya una capilla en ese lugar. Este último pide a la Virgen un signo y la Virgen responde imprimiendo milagrosamente, después de una cuarta aparición, su propio retrato  en pie sobre la tilma del indio. Después de 475 años, ésta imagen  de una infinita delicadeza, impresa sobre un grueso textil de maguey, no cesa de atraer inmensos peregrinajes. Todo mejicano la tiene por milagrosa.

 

Ante nuestra solicitud, nuestros amigos mejicanos nos facilitan una primera documentación, y organizo entonces un primer peregrinaje. Pero entre esto, recibo el libro de Jacques Lafaye: “Quetzalcoatil y Guadalupe, la formación de una conciencia nacional de Méjico” (Guillaume, 1974). Prefaciado por Octavio Paz; contiene sustancialmente una tesis sostenida en la Sorbona por un discípulo de Marcel Bataillon, tesis que pasa por agotar el problema. Basada en 46 páginas de bibliografía; el estudio parece exhaustivo. Según esto, no deja subsistir nada más que un “mito”absolutamente falto de fundamento. Toda esta historia de “Imagen prodigiosa” nace de un sincretismo pagano – cristiano, que permanece latente a lo largo de los siglos desde la colonización española y marca el despertar de una conciencia nacional, a partir del silo XVII, para desembocar en la liberación de Méjico.

 

El libro,  por lo tanto, deja aparecer numerosas contradicciones, algunas notorias, y el prejuicio agnóstico del autor es demasiado evidente. Yo parto con el fin de estar allá para las fiestas del aniversario de la aparición (1981). La fecha elegida fue providencial. Encontré en Méjico eminentes especialistas internacionales. Fui invitado al congreso que se celebra cada año en esta época, desde hace cuatro años, en el Centro de Estudios Guadalupanos. El tema de este encuentro era justamente “Los Antiaparicionistas”, los Antiaparicionistas y el calor histórico – crítico de sus argumentos. Estos fueron tres días de trabajo intenso marcados por las comunicaciones  de gran valor, bajo la presidencia de S. E. el cardenal Ernesto Corripio Ahumada, arzobispo primado de Méjico.

 

Entre nuestras sesiones de trabajo y mis numerosas diligencias personales, había llegado a la Villa de Guadalupe, en medio de una locura de peregrinos venidos del interior de las campiñas indias frecuentemente a pie o en bicicleta, para arrodillarse delante de la imagen de su “Madrecita”, después de arrastrase de rodillas por la explanada para solicitar perdón por los pecados.

 

El encanto irresistible de la Imagen. Hacia la que toda la arquitectura ultramoderna de la Nueva Basílica, acaba lo que los argumentos de los eruditos Guadalupanos habían comenzado. Mi convicción maduramente pensada, meditada, controlada por largas horas de encuestas junto a científicos que han consagrado su vida a esta búsqueda, es que la Imagen impresa sobre la tilma de Juan Diego es cosa celestial. Y no hay otra explicación a los datos mismos del enigma posados en este documento único en toda la iconografía cristiana.

 

Mi demostración descansará sobre la crítica externa, encuesta histórica, búsqueda de testimonios y de su autenticidad, y la crítica interna, estudio científico del textil, soporte de la Imagen; así como de las propiedades asombrosas de la Imagen. No pido al lector nada más que una cosa. Que se separe de todo prejuicio, seguramente que su corazón se inflamará de amor por la “Guadalupana” que todo  mejicano venera y cuyo mensaje desde 1531, jamás le ha faltado actualidad, mensaje del que queremos siempre hacernos  humildes servidores

 

 

 

UN DIALOGO DE AMOR

 

 

¡Juantzin, Juan Diegotzin ¡ ( Juanito, Juan Dieguito).

 

 

En lugar de  atemorizarle, le llama muy suavemente, muy dulcemente, llena de amor el corazón del mecehualli, del campesino. La voz femenina, muy acariciante, le llama hacia un lado de la colina del Tepeyac, en dirección al levante. Después de un momento, Juan Diego, se fija allí y escucha como un concierto de pájaros raros cuyo canto armonioso sobrepasa el de un cascabel, del tordo y otras especies de canto conocido que pueblan los bosques de Méjico. De repente la música se acaba, aparece la calma y una voz encantadora le llama tiernamente

 

Mi pequeño Juan, mi pequeño Juan

 

Pero ni la traducción francesa ni la traducción española

 

Juanito, Juan Dieguito

 

Sabrían rendir exactamente el anuncio de exquisita cortesía, de cuasi reverencia que revela la familiaridad contenida en el sufijo nahualt “tzin”.

 

            Cuauhtlatoátzin ( diminutivo de Cuauhtlatohuac, “ el que habla como el águila”) ha sido bautizado con el nombre de Juan Diego en 1524.  Con 57 años es un hombre temeroso. Después que perdió a su mujer, su muy amada Lucía, no ha pensado más que en el Cielo. Por eso, escuchando esta música, se creía en el paraíso. El contará después el barullo de sus pensamientos, como un delicioso relato indígena, en lengua nahualt, conservado fielmente:

 

¿Es que yo lo merezco. ¿Soy digno de escuchar tal maravilla. ¿Quizás estoy soñando?.¿Quizás estoy en la Tierra Florecida de la que hablan los antiguos, nuestros abuelos, la Tierra alimenticia? ¿Quizás, estoy en el Cielo?

 

           

            Ahora bien, toma vivamente, el sincretismo vive impregnado por la mentalidad de estos neófitos, diez años después de la Conquista , el testimonio mismo de todas las crónicas misioneras. De repente, esto es una nota de autenticidad    que se va a afirmar de mil maneras a lo largo del relato. (...) Nosotros seguimos aquí, parafraseando libremente, la versión que ha publicado la revista del Centro de Estudios Guadalupanos. (...) Esta traducción española rinde de una forma  afortunada la frescura coloreada y  la  inimitable familiaridad, mezclada de reverencia religiosa y de exquisita cortesía, este primer diálogo que el Cielo compromete con la tierra en el umbral de los tiempos modernos ... ¡ en lengua azteca ¡

 

 

 

 

 

 

 

LA SEÑORA ENTRE LAS ROCAS

 

 

            Juan Diego, con el corazón latiendo de alegría, trepa allá donde se le llamaba y descubría a una preciosa jovencita, deslumbrante, que estaba en pie y le pide  que se aproxime. Cuando se acerca, rápidamente, es ella la que comienza el diálogo de amor:

 

“ Escucha mi niñito, el más pequeño ¿dónde vas?

 

            El estaba embargado de admiración delante de esta belleza que no era terrenal. Su vestido era como el sol: irradiaba rayos de luz que transfiguraban todo. Las rocas y los guijarros de este monte árido, entre los cuales  había algunas acacias y cactus, estaban metamorfoseados en piedras preciosas, finas esmeraldas y turquesas. Y la tierra estaba bañada de oleadas de arco iris.

 

Mi Señora, mi niña, mi Reina

 

            Responde el anciano arrodillado ante la noble y joven niña

 

Yo acepto la voluntad de Dios, esto me enseñan los ministros del Señor, nuestros sacerdotes ”.

 

            Esa mañana, sábado 9 de diciembre de 1531, primer día de la octava de la Inmaculada Concepción, Juan Diego acude a la Misa a Tlateloclo donde los franciscanos, primeros misioneros de la Nueva España han establecido un centro catequético. Ellos distribuyen los sacramentos y dispensan  instrucción cristiana a todo un pueblo de neófitos que ellos arrancan laboriosamente al paganismo ancestral.

 

 

MADRE DEL VERADERO DIOS

 

            Entonces, él mostrándose lleno de amor, ella reanuda:

 

Quiero que sepas y ten por seguro, hijo mío, el más pequeño, que yo soy la perfecta y siempre Virgen María, Madre del Verdadero Dios, de Aquel por quien todo vive, el creador de los hombres, el Maestro próximo y el Señor del Cielo y de la tierra. “

 

Estos nombres divinos llenos de misterio, intraducibles, designan, entre las divinidades del panteón azteca, un “ dios desconocido, creador de todas las cosas “, que aquel piadoso rey de Texcoco había erigido en siglos precedentes, según el cronista Ixtilxochitl su descendiente, un templo en forma de alta torre sin ninguna estatua ni ídolo (...)  Este es pues ese Dios que es “ el verdadero “, del cual la Virgen María se declara la Madre. Ella continúa:

 

 

Yo deseo ardientemente, y esta es mi voluntad, que en este lugar se construya mi pequeño  teocalli

 

            La palabra esta formada por teol, dios, y calli, mansión: “ mansión de dios “ Ello designa los santuarios que los  Mexicanos elevaban a sus dioses en las cúspides de vertiginosas pirámides, donde los sacerdotes inmolaban a las víctimas humanas sobre la piedra de sacrificio, en tiempo de los “ abuelos “ de Juan Diego.

 

 

            Ahora, aquí en la cumbre piramidal del Tepeyac que bordea el norte de la laguna de México, la Virgen María pide modestamente que se le construya, para ella, un pequeño teocalli: noteocaltzin, “ un pequeño teocalli para mí “. Pero no es para hacerse adorar, ni para instalar una nueva divinidad; es para establecer al culto al “ verdadero Dios “, su Hijo:

 

Allí, yo Le mostrare, Le exaltaré, Le daré a los hombres, por mediación del amor a mí, de mi mirada compasiva, de mi ayuda segura, de mi salvación “.

 

            Aquí, (...) resaltamos la profundidad de las palabras de la Santísima Virgen, que derriban en un instante no solo los ídolos crueles de la religión pagana ancestral, siempre viva solamente diez años después de la conquista, sino que parece prevenir a los nuevos cristianos amerindios, del protestantismo que próximamente pasara el Océano y se implantara con fuerza en América del Norte. En otras palabras, ella revela aquí su papel de Mediadora universal. No, ella no pide que se le haga construir una capilla para ser ella misma objeto de adoración, lo que fue siempre ajeno al catolicismo. Ella quiere solamente estar en este templo de mediadora de la epifanía del verdadero Dios, su Hijo, a fin de manifestarle, de glorificarle, de darlo “ a los hombres “ por el poder  de una mirada de compasión vertida sobre ellos, que les procurará la gracia y les conducirá a la salvación; gracia y salvación que ella dispone como soberana que son suyas verdaderamente porque su Hijo pone en sus manos.

 

Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post