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El blog de antonio tapia

EL CAMINO DE EMAUS

LA ANUNCIACION DE JUAN EL BAUTISTA (Y 3)

Jesús dice: que no ha surgido entre los nacidos de mujer nadie mayor que Juan el Bautista. Nos enseñan que “ San Juan Bautista es el mayor en el sentido que ha recibido un ministerio único e incomparable dentro del Testamento Antiguo. En cambio, en el Reino de los Cielos (Testamento Antiguo), inaugurado por Cristo, el don divino de la gracia hace que el mas pequeño de los que la reciben  con una fiel correspondencia sea mayor que el mas grande en el orden precedente de la promesa”.

           18 Entonces Zacarías dijo al Ángel: ¿Cómo podré yo estar cierto de esto? Pues ya soy viejo y mi mujer de edad avanzada. 19 Y el ángel le respondió: Yo soy Gabriel que asisto al trono de Dios y he sido enviado para hablarte y darte esta buena nueva. 20  Desde ahora, pues, te quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan  estas cosas, porque no has creído en mis palabras, que se cumplirán a su tiempo . ( Lc 1, 18-20 )

 

            El Padre José Luis Martín Descalzo nos explica en Zacarías “esta mezcla de fe y de incredulidad iba a hacer que la respuesta de Dios fuese, a la vez, generosa y dura. Generosa concediéndole lo que pedía, dura castigándole por no haber creído posible lo que suplicaba. Aquella lengua suya que rezaba sin fe suficiente quedaría atada hasta  que el niño naciese”. Y continúa  la incredulidad de Zacarías y su pecado no consisten en dudar  de que el anuncio viene de parte de Dios, sino en considerar solamente la incapacidad suya y de su mujer, olvidándose de la omnipotencia divina.”

 

            Esto nos ocurre también hoy. Muchas veces actuamos por cuenta nuestra, sin contar con Dios para nada, olvidándonos de El; pensamos que nuestro trabajo, cuando sale bien, es debido a nuestra suficiencia, nuestro saber y nuestro buen hacer, omitiendo de esta forma darle las gracias al final de cada día. El trabajo, la salud, los alimentos ... hasta la sonrisa de los demás pensamos que lo hemos obtenido por nuestro propio carisma. Y esta cuestión se agrava más, cuando el trabajo se desarrolla en el terreno del apostolado, en la catequesis por ejemplo, cuando sin contar con el Señor nos lanzamos a hablar de El sin antes haber orado y hasta sin antes haber preparado el tema al calor del Señor. Nos olvidamos del Señor y de que todo proviene de El, que hasta las mismas palabras  nos las pone en nuestros labios.

 

            Jesús nos enseña: “Por tanto os digo:  cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo recibisteis y se os concederá” ( Mc 11, 24). En Números vemos otro castigo del Señor a la falta de fe de todo un pueblo, el Israelita:

 

           Yavé respondió: “ya que tu me lo pides, lo voy a perdonar. Pero tan cierto como que yo vivo y que la Gloria de Yavé llena la tierra que la desgracia caerá sobre esta gente. Porque vieron mi  Gloria y mis maravillas, vieron lo que hice en Egipto y en el desierto, y a pesar d  esto me tentaron mas de diez veces y no me escucharon. Por eso no verán la tierra que prometí a sus padres con juramento; ninguno de los que me menospreciaron la verán.”... “Quienes entrarán serán sus nietos, de los que decían que serían reducidos a la esclavitud”...” Ustedes emplearon cuarenta días en recorrer el país; pues bien, cada día equivaldrá a un año. Cargarán con el peso de su pecado durante cuarenta años”. ( Num. 14, 20-34).

 

21 El pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que se demorase  en el Templo. 22 Cuando salió no podía hablarles, y comprendieron que había tenido una visión en el Templo. El intentaba explicarles por señas, y permaneció mudo.      23 Y se cumplió que cuando se cumplieron los días de su ministerio, se marchó a su casa. 24  Después de estos días Isabel, su mujer, concibió y se ocultaba durante cinco meses, diciéndose:  25 Así ha hecho conmigo el Señor, en estos días en los que se ha dignado borrar mi oprobio entre los hombres”. (Lc. 1, 21 - 25)

 

            ¿Por qué se oculta Isabel pues nada hay de deshonroso? : “el pudor de la anciana  que teme se rían de ella quienes la ven en estado; la obligación de agradecer a Dios lo que había hecho con ella; y, sobre todo, la necesidad de meditar largamente lo que Zacarías le había explicado” nos dice  el  padre José Luis Marín Descalzo. Otros nos dicen que se oculta “ por lo impropio de su edad” en el hecho de quedar embarazada y  por no manifestar “antes de tiempo los dones divinos”.

 

            San Lucas nos transcribe un breve cántico de agradecimiento de Isabel a Dios por el bien recibido: 25 Así ha hecho conmigo el Señor, en estos días en los que se ha dignado borrar mi oprobio entre los hombres. La acción de gracias son la mejor expresión de reconocimiento de los hijos hacia el Padre por todos y cada uno de los bienes recibidos, incluso de aquellos que consideramos, a nuestros ojos humanos, como bienes pequeños o aparentemente “sin importancia”. Damos gracias a Dios, al acostarnos, por los bienes recibidos en el día, a la hora de comer, por los alimentos con los que Dios nos bendice; por el estudio, por la familia, por las amistades, por la sonrisa de los demás, por la salud ... a cada paso debemos darle gracias, porque todo es fruto de su bondad de Padre hacia nosotros sus hijos. Si por los bienes que recibimos de los demás, les correspondemos con un: gracias; con mayor razón habremos de corresponder a Dios y en primer lugar por el don de la vida y el don de ser sus hijos: Jesús nos enseña el camino de ser agradecidos con el Padre:

 

            Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra ( Mt 11, 25).

 

            Tomo los siete panes y los peces y, después de dar gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la multitud. ( Mt 15, 36).

 

            Padre, te doy gracias porque me has escuchado. ( Jn 11, 41)

           

            Pero estas acciones de gracias no deben quedarse en las situaciones de la vida diaria; sino en nuestra relación diaria para con Dios, pues de El recibimos como bienes inmerecidos cuantiosas gracias y bendiciones: Recibimos al mismo Cristo en el sacramento dela Eucaristía, por ello después de comulgar hemos de tener unos momentos de reflexión y de acción de gracias, porque al comulgar recibimos en nuestra alma al mismo Cristo que pasa a darnos vida interior y a fortalecernos; recibimos el perdón por medio del Sacramento de la Penitencia, en la Confesión, Dios nos perdona y el sacerdote nos absuelve en el nombre de Dios; recibimos cuantiosas gracias y ayudas, para nuestro caminar  hacia la Patria Celestial;... todo esto debe llevarnos a imitar a Isabel y a Zacarías que supieron agradecer a Dios la bendición con que les había colmado: un hijo, que sería grande, como dijo el Ángel y alegría para toda la humanidad, porque daría paso a la llegada del Mesías prometido: Jesús.

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